Nieve

En el vocabulario de los pueblos esquimales podríamos encontrar más de cien palabras diferentes para designar a lo que nosotros conocemos como la nieve o hielo. Entre los muchos y diferentes tipos de nieve destacaremos las siguientes:
Nieve blanda: Aquella en la que nos hundimos.
Nieve costra: La que su capa superior es firme pero que también cede bajo el peso del caminante.
Nieve dura: La que es resistente y requiere el uso de crampones si el terreno tiene cierta pendiente. Suele ser muy resbaladiza.
Nieve firme: Nieve costra.
Nieve fresca: Nieve recién caída.
Nieve húmeda: Nieve que tiene un gran porcentaje de agua. Pesada de remover. En pendientes fuertes evitar las travesías puesto que puede dar lugar a un alud.
Nieve persistente: Nieve que no acostumbra a fundirse en todo el año.
Nieve podrida: En general es nieve vieja y a menudo saturada de agua cuando no ha helado durante varias noches seguidas. O bien, es nieve fresca recalentada durante el día y no helada durante la noche porque la temperatura es demasiado elevada. Peligrosa y pesada.
Nieve polvo: Nieve recién caída y seca, la ideal para esquiar. Permite una marcha normal elevando más o menos pies y piernas a cada paso según sea la profundidad de la nieve.
Nieve primavera: La que cae durante la primavera. La primera nieve. Muy esponjosa. Peligro clarísimo de aludes si cae sobre una capa de nieve antigua de años anteriores.
Nieve seca: Es nieve polvo con bajo porcentaje de agua.

¿Estás cansado de vivir?

Aquel que esté cansado de vivir debería emprender una aventura seria en las montañas. Primero atravesar la suave y conciliadora soledad de los valles, para luego, ante la grandeza intemporal de este mundo, percatarse de lo pequeño que resulta su yo y de lo inapreciables que son sus preocupaciones y padecimientos. Entonces habrá de hollar la vía realmente peligrosa: sorprendido, experimentará por sí mismo cómo ante la violencia del viento tormentoso le asaltan de nuevo las ganas de vivir. Cómo lucha y se defiende, cómo moviliza continuamente nuevas tropas de refresco para sus fuerzas físicas y espirituales, sólo para no morir. El alpinista deportivo es el polo  opuesto del suicida.
Guido LAMMER

 

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Conciencia o inconsciencia ????

«No estamos centrados. A veces nos sentimos centrados, pero son momentos en los que una situación nos hace conscientes. Si de pronto se produce una situación muy peligrosa, empezarás a sentir un centro dentro de tí, porque cuando estás en peligro te vuelves consciente. Si alguien va a matarte, en ese momento no puedes pensar; en ese momento no puedes seguir inconsciente. Toda tu energía está centrada, y ese momento se vuelve sólido. No puedes moverte hacia el pasado, no puedes moverte hacia el futuro …. este momento concreto se convierte en todo. Y entonces no solo eres consciente del asesino, sino que te haces consciente de tí mismo, el que va a ser asesinado. En ese sutil momento empiezas a sentir un centro en tu interior.
Por eso los deportes peligrosos tienen su atractivo. Pregúntale a alguien que haya subido a la cima del Gourishankar, del monte Everest. Cuando Hillary llegó allí por primera vez, debió de sentir de repente un centro. Y cuando alguien llegó por primera vez a la Luna, debió de experimentar una repentina sensación de centro. Por eso el peligro tiene su atractivo. Vas conduciendo un coche, cada vez a más velocidad, hasta que la velocidad se convierte en peligrosa. Entonces no puedes pensar; los pensamientos cesan. Entonces no puedes soñar. Entonces no puedes imaginar. Entonces el presente se vuelve sólido. En ese momento peligroso, cuando la muerte es posible a cada instante, te haces súbitamente consciente de un centro en tu interior. El peligro tiene atractivo únicamente porque en algunas situaciones peligrosas te sientes centrado.»
OSHO en «Conciencia, la clave para vivir en equilibrio».