Un camino de vértigo sobre el mar

Los sábados, normalmente, nos solemos reunir con mis hermanos en casa de mi madre para comer. Uno de estos sábados llego tarde. Tarde porque llegar a comer minutos después de las dos significa casi quedarse sin aperitivo. Yo llegaba de escalar la vía de la cala del Molí en St. Feliu de Guíxols con un aspecto horroroso. Motivo por el cual tuve que explicar lo que había hecho. No me suele gustar decir donde he estado ni el itinerario que he seguido porque hago montaña sin ánimo de fanfarronear de mis proezas con nadie. Lo único que me gusta es dar a conocer mis experiencias a quien le pueda servir para organizarse sus propios planes y excursiones. La cuestión es que se supo que había hecho esta vía ferratta. Muy bonita como podreis ver en las fotos. Al cabo de unas pocas semanas en otra comida familiar de los sábados me comunicaron una triste notícia. Había salido en el periódico de Girona «El Punt» que en esta vía de escalada había muerto un escalador al despeñarse acantilado abajo. Me guardo mi crítica visceral hacia los medios de información que sólo les gusta hablar de montañeros o escaladores muertos y no hablan nunca de montaña. Yo lo que quiero es dedicar esta crónica a este montañero o montañera anónima para mí muerta en esta vía y recomendar a todos los que la vayan a realizar que extremen las medidas de precaución habituales en este tipo de itinerarios.
Hice el itinerario solo. Es decir, sin ir con un grupo de amigos pero me encontré una vez allí más acompañado que nunca. A juzgar por el «overbooking» que había hay que criticar ahora a los organismos oficiales por no crear más itinerarios de este estilo en nuestra bella Costa Brava. Es muy penoso tener un único itinerario a día de hoy y un increíble número de aficionados de esta modalidad deportiva. Combinación que hace esta evidente masificación. A juzgar por la gente debería haber ya unos diez o doce itinerarios más disponibles con el objeto de que la gente se repartiera más y no vernos todos apelotonados en el mismo y único itinerario.

Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí

Para llegar al inicio del itinerario hay que ir al pueblo de Sant Feliu de Guíxols que está situado en la província de Girona. Una vez se llega a St. Feliu hay que llegar hasta el mismo Passeig del Mar. Si tenemos el mar a nuestro frente ir hacia la izquierda con el objeto de cojer la antigua carretera que va a Sant Pol. Pasada la discoteca Las Vegas subimos por la citada carretera y nos encontraremos muy pronto una curva muy pronunciada a la izquierda de la que sale la calle Sicilia. En esta curva hay el hotel Hipócrates. Si seguimos por la calle Sicilia veremos un mirador con una especie de techo a mano derecha. Justo en este mirador sale hacia abajo un camino que nos conducirá montaña abajo hasta el inicio de la vía. Está tan mal indicado que no hay indicaciones por ningún lado. Tanto la subida como la bajada tiene ya cuerdas y agarraderos de seguridad. El final de la vía llega justo a este mismo punto. Hay un cartel que recomienda realizar el itinerario en un sentido y conviene respetarlo dado la gran afluencia de gente. Esta vía ferratta está muy bien equipada aunque para mí tiene un inconveniente grave y es que los agarraderos para las manos son de acero muy liso y muy resbaladizo con el sudor de las manos y la sal del mar. Es por este motivo que es muy recomendable llevar unos guantes o magnesio. Hay que contar unas dos o tres horas para realizar todo el recorrido puesto que hay que seguir el ritmo de la gente y se va perdiendo algo de tiempo en cada uno de los pasos más complicados. Hay que mentalizarse que no se pueden llevar las prisas de la ciudad. También conviene citar que hay varios puntos en los que se puede terminar la ruta sin necesidad de realizarla toda por completo. En varias ocasiones el itinerario supera extraplomos por lo que la fuerza de brazos es muy importante. Yo creo que la dificultad de este itinerario es bastante alto y hay que tener muy bien dominado el tema del vértigo.

Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí
Cala del Molí

© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.003.

El chorizo Revilla me maravilla

Resulta que ayer, como casi cada fin de semana, me estaba preparando un bocata de chorizo para irme de excursión. Estoy medio endormiscado y pensando a dónde ir. Finalmente, decido ir a atacar un monte que se me ha resistido tres veces y le voy a brindar un cuarto ataque en toda regla. Voy a ir solo para forzar la cumbre caso de que se me ponga la cosa mal.
Corto el pan. Lo unto de tomate. Le pongo la sal y luego el aceite. Abro la nevera. Cojo el paquete del chorizo que ya me lo han cortado a rodajas en la tienda y me dispongo a ponerlo en el pan. Supongo que es un acto ya casi reflejo … pero cuando se resiste el maldito plástico que hay a todo el alrededor uno instintintivamente suele llevarse la pieza a la boca y lo saca con la pericia de los dientes. De repente ……. me entra una risa imparable. Me llega a doler incluso el vientre de tanto reir. ¿Qué me ha pasado?
Pues que me acabo de acordar de una anécdota relacionada con este hecho. Os la cuento.
Resulta que hace unos años en Barcelona y en el bar de la Universidad uno tenía hambre y se me ocurrió que sería una buena idea ir a comerme un bocata al bar. Supongo que tod@s alguna vez habreis pedido un bocata de chorizo en algún bar al igual que yo. Pues ese día yo pedí uno también. En fin. Resulta que, normalmente, cuando uno pide un bocata de algún embutido en algún bar tiene una probabilidad bastante alta de que cuando te lo sirven venga el embutido con el maldito plástico incorporado. Luego al comerlo resulta que la cosa es de lo más engorrosa que un@ se pueda imaginar. Otras veces no. Te viene bien servido sin el plástico de marras y comerlo puede llegar a ser una verdadera delicia. Está visto que ese día iba a ser, seguramente, esa segunda opción. Pero resulta que casi sin querer me fijo en el chico que está haciendo los bocatas … y veo cómo quita el plástico del chorizo con los dientes … y pienso yo iluso de mí … mira se hace un bocata igual como el que he pedido yo …. pero … mayúscula sorpresa tengo cuando veo que una vez lo ha terminado … va … y me lo sirve a mí !!!!!! ¡Qué guarrerío! jejejejeje!
Con el tiempo he pensado que si esta vez lo he visto directamente cuántas veces habré comido un bocata hecho de la misma manera y al desconocerlo me lo he comido tan a gusto …………. y sabrosoooo …..
¡Por cierto! No os cuento ya cómo un día vi a una pizzera estornudando a todo meter sobre la pizza que luego se mandó con un mensaca a cualquiera de mis vecinos …. seguramente da el tema para otra opi …….