Maladetas Occidentales I (Cordier) (3254 m), II (Sayó) (3220 m) y III (Mir) (3185 m)

dot  Vista general de las Maladetas Occidentales desde el Pico de Alba. En realidad sale en un primer plano el Diente.

Maladetas occidentales

dot  Arriba detalle de las Maladetas Occidentales I y II. Abajo aparece la Maladeta Occidental III.

Maladetas occidentales
Maladetas occidentales

Diente de Alba (3136 m) y Muela de Alba (3118 m)

dot  Cuando un amigo me hablaba del Queixal (Muela) de Alba al principio pensaba que me tomaba un poco el pelo pero luego me gustó la idea de ir al Diente (que sí lo conocía de oídas) y una vez allí me di cuenta que por el precio de uno casi te dan dos tresmiles. A la vista de las fotos se ve perfectamente que son dos picos bien diferenciados. En la primera foto hecha desde el valle de Paderna vemos de izquierda a derecha la Muela, el Diente y el Pico de Alba. En la segunda foto, también desde el valle de Paderna, sale a la izquierda la Muela y a la derecha el Diente de Alba. En la tercera y última foto, que está hecha desde el valle de Cregüeña, podemos ver a la izquierda el Diente y a la derecha la Muela de Alba. Total que os pongo las fotos desde todos los lados. Todas las fotos se han realizado el 23 de enero del año 1.983.

Picos de Alba
Picos de Alba
Picos de Alba

El segundo accidente de Joan

Lo que me escribe Robert el 25 de julio de 1981.
(…) Los dos días siguientes son muy malos: nieva, llueve, graniza, hace frío, … y los pasamos metidos en la tienda. Leemos, hablamos de montaña, dormimos y oímos música. El buen tiempo llega y vamos al refugio de La Renclusa. El próximo objetivo: hacer las Maladetas Occidentales. En el collado de Alba la nieve está helada y la piedra muy descompuesta. Cuando estamos subiendo por la directa hacia la cresta encontramos una zona de hielo muy dura y de gran pendiente. Joan empieza a tallar escalones y de repente … patina, pierde el piolet, comienza a bajar, adquiere velocidad, esquiva unas piedras pero al final hay unas rocas … En el momento del choque me tapo los ojos. Joan está allí abajo. Estirado. No se mueve y yo bajo a toda velocidad a ver qué ha pasado. Hay sangre por la piedra, en su ropa, tiene las puntas destrozadas al intentar cogerse al hielo duro e inpenetrable. Está muy mal herido. No dice nada. Enseguida voy al collado a buscar ayuda y un botiquín. Mientras Alfonso lo cura yo voy corriendo al Diente de Alba a buscar a PK. Para bajar le tuvimos que encordar entre Alfonso y yo con tal de poderlo asegurar. Le falla una pierna y tiene las manos inutilizables. Con mucha calma llegamos al refugio. Con el Sol y el tiempo Joan se va recuperando poco a poco. Parece como si hubiera sido un presagio puesto que el tiempo siguió malo hasta el día que nos fuimos de Benasque. (…)
Lo que me escribe PK el 1 de agosto de 1981.
(…) Robert y Joan por su cuenta y riesgo intentaron la Maladeta Occidental III. Joan sufrió una caída de perspectivas mortales. Milagrosamente el primer golpe, el más fuerte, lo dió con el glúteo y gracias a eso sigue hoy vivo. Le hicimos las primeras curas, lo encordamos y gracias a Alfonso lo fuimos animando y bajando por la chimenea de Alba. Fueron más de tres horas de angustia pues no sabíamos qué tenía Joan pero la lección fue formidable. La montaña es como la concibo yo: en el justo equilibrio del riesgo. Esta experiencia es muy clara. (…)
© Miquel J. Pavón i Besalú. Año 2.002.